La viuda
triste
To my dear Anonymous
Está muy triste,
la viuda,
se siente una
retardada
por confiar en
ese gil,
por amar a
un mentiroso,
saltarín de cama
en cama,
que juraba que la
amaba
¡y lo juraba a
otras mil!
¡Vaya pelandrún
tramposo!,
la viuda se
lamentaba,
creyéndose una
tarada,
única mina
atrapada
en las redes de
ese vil.
Triste, la viuda
lloraba
hasta que dio con
su amiga
le contó toda la
historia
y se llevó una
sorpresa
al ver que la
susodicha
se reía sin
cesar.
¿De qué te reís,
maldita?
¿No ves que mi
alma grita
de bronca, de
pena y furia?
Me río de tu
inocencia,
¡pedazo de
salamina!
Porque a
nosotras, las minas,
más nos vale
estar alerta,
no andar con la
boca abierta
babeándonos por
un macho.
Porque todos con
su ciencia
nos llenan de
amor la oreja,
pero, seguro, nos
dejan
por otro
cu...erpo más firme.
Y te advierto,
antes de irme,
que no los tomes
en serio,
que no les pidas
constancia.
Que los disfrutes
y sigas
sin darles mucha
importancia.
La viuda quedó
pensando
en lo dicho por
su amiga
y llegó a la
conclusión
de que lo dicho
era cierto:
¡cuando una llega
a los cien
no hay que
esperar casamiento!
2 comentarios:
muy bueno!
Anonimo
Che,,,,que pase la receta, no hay que ser tan mezquina!!! (vio amiga que estoy logrando, pasar mis mensajitos)
Publicar un comentario