viernes, 21 de marzo de 2014

¡CALMA, OTOÑO, CALMA!

Sí: ya sabemos que sos bello, temperamental, dorado, caprichoso.

Pero... ¡no exageres! Esta madrugada, tiraste las puertas abajo, las ventanas, nos empapaste, y ahora... tan soleado.

Te queremos, Otoño, te queremos.




Y, además, traés de la mano a la POESÍA.

martes, 11 de marzo de 2014

¿VEJEZ = SUFRIMIENTO?

 ¿Nunca te sentiste como una bomba a punto de explotar?

¡Y el detonador sos vos!

Bah... yo. Yo, que pretendo ser Dios. Diosa, digamos.
Resolver TODO. Y todo al mismo tiempo. Y todo sin errores. Y sin consecuencias molestas, incómodas, irritantes.
Yo, Ana.
Hija de esa mujer, que bien jode. Que bien envejece, y se hace cada vez mejor manipuladora como, al parecer, sucede casi siempre.
Manipula la culpa, monopoliza el escenario de la vida. Todo para ella.
Y nosotros, sus dos hijos "restantes", pendientes, pendientes, pendientes.
Con miedo, con bronca, con vergüenza, con una sensación permanente de insuficiencia, de inferioridad, de inutilidad...

No puedo decir que haya demasiadas sorpresas. Mi teoría es que se envejece y se  muere parecido a como se vivió.

¿Y una sorpresa grata, qué tal, Vida?

También es evidente que el "cuidado" de los viejos es un negocio. Que hay mucho turro que saca sus buenos mangos en albergues que parecen bazares con potiches a los que les pasan el plumero. O viveros con plantitas que se riegan todos los días. Así sí se hacen cargo de los ancianos. Si molestan, ¡fuera!

¿Y por qué? ¡Porque nuestra insigne cultura "occidental y cristiana" (por no decir capitalista a ultranza) no tiene resuelto el tema de la vejez. O no le importa. Es como en "The Wall", cuando los pibes caían por el embudo.
¿Envejecés, no producís, no consumis? ¡Al tacho! Pero si, antes del tacho, podés rendir unos mangos, ahí te ponemos. Quietito, quietita.

¿No sería hora, digo yo, de empezar una movida que modifique, que humanice, que le saque un jugo más sano y rico a la vejez? Como muchos pueblos originarios, que aprovechan la sabiduría de los viejos, no sus deficiencias seniles.