¡Rosa María en corpiño, en la calle!
Y no se vayan a creer que es una mujer joven y linda... no, no, no. Más bien, au contraire.
Grandota, chifladísima. Baldea la vereda con blusa desabotonada, luciendo corpiño, así, como en el patio de casa, ¿vio?
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Señor de unos 70 pirulines. Panzón, canoso, barba blanca, bigotes, gorra con visera.
Participa de reunión al aire libre. Mientras... ¿escucha?, anota en un papelito. Cuando le dan la palabra, arranca y empieza a subir el tono hasta llegar al grito de barricada. Y, como reflejo condicionado, lo aplauden.
Y resulta que, cuando habla por teléfono, hace algo parecido. Cuando se le pide que baje la voz, dice que no puede, que "son las hormonas". ¿¿¿???
Y... bueno, ésta es una galería de personajes.