Hay días...
Hay días así.
Así.
La luz no llega a tus rincones.
El aire te pesa
en la piel.
El licor azul del cielo
no pasa por tu garganta.
La cosquilla verde
no te acaricia
la planta de los pies.
Días de bruma
de niebla
de borrón.
Y la cuenta nueva tarda tarda
tarda en arrancar.
Hay días
para contar hojas caídas
voces mudas de amor.
Días de sentir empujones
y de añorar abrazos.
Así
como cuando la puerta del paraíso
sigue cerrada
aunque estés comiendo
un helado de chocolate.
Así
la voz que te cantaba
pasa lejos, muy lejos
o se convierte en bocinazos.
La piel que te dibujaba se secó.
La sonrisa que te asoleaba
se apagó.
Entonces
oís tu nombre
a lomos de esa vocecita amada
te columpia, te sacude
esa risa chiquita
inmensa...
¡Y la vida se enciende
otra vez!
A. S. M.