sábado, 24 de abril de 2010

Galería de personajes

Dama diariera sentada en su elegante silla de diseño, en su esquina diariera.
Se acerca conspicuo individuo del barrio, llamémosle Pietro.
Pietro, señor de unos 50 y pico, aunque no es seguro, menudo, inquieto, de barba entrecana, con evidencias de haber perdido algunos patitos de la fila, o un poco de agua del tanque o cualquiera de esas conspicuas metáforas.
Bueno, Pietro se acerca y le confiesa a la dama, en un susurro que le silba entre los dientes que le faltan, que fue él quien birló un diario de un umbral enrejado donde dicha dama lo había depositado. Pide las correspondientes disculpas y, con el pretexto de demostrar que ha comprendido, cuenta toda su historia.
El duerme en un auto estacionado. Doy fe. Está cubierto púdicamente de prendas varias. Ahora, eso sí, no me pidan que las describa. El cuenta que duerme ahí para no molestar a su hija adolescente, que vive con su -de él- mujer ucraniana, en un departamento sito en el edificio frente al cual estaciona -hace siglos- el auto que es su dormitorio.
Ahora bien, el individuo confía que recibe una pensión de 3.200 pesos (Ay), y que los guarda para usarlos cuando sea grande. Y, por las dudas que me haga reír, agrega:
-Ahora.
Y también detalla que, cuando quiere darse un baño sube, abre con su (noten) llave, se da un baño. O bien, puede querer calentarse un té, hacerse de comer. En fin...

¿Comprenden ahora por qué no dejo mi puesto diariero? Es esforzado, jamás me haré, no ya digamos, millonaria: ni siquiera saldré de la misciadura. Pero esto no me lo puedo perder.
¿No?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una delicia de descripcion. Gracias!

Palo del Norte

Mónica Angelino dijo...

Buenísimo, mi hermano tiene un puesto de diarios en Ramos Mejia, justito frente a la estación de tren, esquina Rivadavia. Siempre lleno de anedotas y personajes.

Besosssssss