martes, 6 de abril de 2010

ANÉCDOTAS DE TAXI DANCER II

Día de semana alrededor de las 23hs, puerta de la Ideal, a la espera de que llegue R., la dama inglesa que hace de intermediaria entre las clientas/pasajeras y los taxi dancers. Como siempre, me pregunto cómo será la que me toque en gracia. Sé que son dos señoras "mayores", norteamericanas. Cuando por fin llega, nos presenta (mi compañero es un sesentón bronceado ex profe de tae kwon do) a las dos damas en cuestión: SON indudablemente norteamericanas y definitivamente "mayores", pero, eso sí, vestidas como jóvenes milongueras cool y con muchas cirugías estéticas. R., antes de presentarnos, cobrarles, pagarnos e irse alegremente, me avisa algo que me provoca un sudor frío: las señoras tienen una energía un poco, digamos, depresiva. Mmm... Ajá. Entramos, nos sentamos, conversamos y, por fin, bailamos. Eeh, no, buenas bailarinas no son, lindas tampoco y jóvenes, menos. No, tampoco es el mejor baile de mi vida pero, en fin, para eso estamos. Para hacerla corta: pasa, lento, el tiempo y mi sentimiento de: "qué hace un muchacho como yo en un lugar como éste", combinado con un toque de pena, se transforma en alarma cuando veo que "la que me toca en gracia"deja el agua y empieza a entrarle al vino. Entonces, pasan dos cosas: una, que su equilibrio, ya de por sí precario, se torna INESTABLE GRADO III, y dos, que empieza a ponerse, eh, un poquitín coqueta, y a mí la alarma se me vuelve pánico y ganas de huir. Último tango, últimos quince minutos previos a la ansiada libertad, la luz al final del túnel. Esquina derecha de la pista, cerquita del escenario y hasta de la mesa donde estamos sentados los cuatro, como para que ni siquiera tenga que caminar demasiado: cambiarse los zapatitos y a casita (o al hotel, qué sé yo). Los acontecimientos se "desenrollan" y lo inevitable acontece:
El alcohol, la hora, la edad, el cansancio, alguna silla traicionera, lo cierto es que algo funciona mal porque, de pronto, la vertical se transforma en diagonal descendente, se oye un "ayayayay" en inglés, y al piso. Más bien, es un hundimiento, como debe de haber sido el del Titanic, y arrastra a un humilde servidor a los abismos de la humillación. Por módica suerte, parece que poca gente se da cuenta del accidente, a juzgar por las caras de "perro que está siendo sodomizado por otro perro", no sé si alguna vez se fijaron. Sólo aparecen un par de personas para ayudarme a levantar el muerto, con perdón por la comparación. Una vez vuelta a la vertical, la venerable señora se apura a farfullar "I'm fine, I'm fine", lo cual en castizo quiere decir "Estoy bien, y no gracias a vos, pedazo de bestia, abusador de señoras en desgracia, sádico, mal tipo y mal bailarín...". Bueno, eso es lo que yo me imagino pero parece que no, porque unos días después las damas deciden que quieren volver a bailar con nosotros, o sea el sesentón bronceado y el purrete castigador.

Los caminos del Señor son insondables...

Marcelo A. Mazía

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Matias,buenisimo tu relato,te juro que estba viendote con esas jovatas insoportables,pero bue es lo que toca,no sabia que habia un trabajo de taxi dancer,en algunos casos puede parecer insalubre,pero con el paso de los años te vas a dar cuenta que es un elemento extraordinario para escribir algun cuento o simplemente para saber que no fuiste el tipo "chato" que se dedico a realizar los trabajos tradicionales y jubilarse de aburrimiento,continua con tus relatos son barbaros para una vieja como yo que ya no estoy en la "onda" hebe de torcuato

Anónimo dijo...

Gracias, Hebe. Si no fuera porque vivís lejos te llevaría a bailar (gratis), sólo porque sos una vieja piola aunque no estés "en la onda". Eso sí, es Marcelo, no Matías. :-)

Luisa Axpe dijo...

Muy bueno, Marcelo. Me encanta que se desarrolle en La Ideal, adonde yo iba al mediodía cuando trabajaba en el centro. Hasta hace unos cinco años iba siempre a Gricel los viernes por la noche y no paraba de bailar, pero no conocía la existencia de los taxi dancers; las cosas que hay que hacer para ganarse la vida. ;-)

Mónica Angelino dijo...

Me has reído la tarde, muy bueno!!

Saludosssssss