jueves, 10 de septiembre de 2009

A la orden del amable Anónimo...


Esto es un MIMO.

Bien. Señor/a anónimo, le cuento los mimos que recibo en mi esquina diariera. Por ejemplo, caballerito imberbe trasportado por papá o mamá en cochecito, muy serio, chupeteando y masticando un pedazo de pan. Dama diariera lo mira, le sonríe, le habla... pavadas, claro. Caballerito mastiquero se quita el pan de la boca por unos instantes, y sonríe. Las veces siguientes, le sonríe de una.
¿Qué tal? A falta de nietos...
Algo parecido me sucede, a veces, con caballeros más maduros, sólo que no se sacan el pan de la boca.



Viejito encantador, con dificultades para caminar, víctima frecuente de los retardados al volante, que no pueden -no pueden, juro- parar su automóvil antes de llegar a la senda peatonal. Dama diariera cruza, furiosa, a dar el brazo al viejito encantador y caga a pedos al retardado conductor, que masculla excusas estúpidas, cosa que pone más furiosa a dama diariera.
Sí, claro, la dama pierde toda apariencia de tal y se convierte en un... ¿ángel vengador?
Qué sé yo. Me limito a contar...

A.S.M.

No hay comentarios: