lunes, 7 de diciembre de 2009

Pampa y Lavía




"¡Vamos, nena!", le decía...


Pampa y Lavía eran inseparables. A todas partes, juntos.

Así se les había ido la vida, casi, pero ellos, nada. Si no era juntos, nada.

Incluso cuando el dueño llamaba, severo:
-¡Pampa! -porque él, Pampa, se había parado a mear junto a un arbolito.

Incluso entonces, Lavía andaba cerca. Sólo se habría detenido unos minutos a olfatear un rastro ajeno. Pero en cuanto oía que el patrón lo llamaba a él, se apresuraba a ponerse, ella también, a la par.

Flacos y estropeados, tanto él como ella, pero juntos, qué tanto.

A.S.M.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Anita, me mataste con esta historia. Es muy tierna. Me los imagino al hombre y su perra y me dan ganas de llorar. Los veo también bajo la lluvia o comiendo cualquier cosa en algún zaguán. Muy bonita esta pintura que hiciste que se puede ver en cualquier esquina. Gracias. Besos Claudia congreso.

Anónimo dijo...

Hola. Me encantó esta pintura del hombre y su perro. Me los imagino caminando ó comiendo algo en un zaguàn. Es una historia muy tierna. Gracias. Claudia congreso

Ana Silvia Mazía dijo...

A Claudia de Congreso:

¡Gracias, y un pañuelo bordado!

Abrazo