Si hay
violencia, que no se note
En llamas por dentro, pero, que no
se note.
No vayas a mellar su fama.No se te ocurra manchar su reputación.
Ni sembrar dudas por el barrio, por el mundo.
Es el buen vecino, ¡y listo!
Y si osás salir con un ojo en compota, que quede bien claro: ¡es tu inicua torpeza! Andás chocándote con muebles, puertas, estantes...
¡Tan buen vecino...! Tan correcto, tan manso, ¿sería capaz de...? ¡Noooo!
¿Toma? No.
¿No trabaja? ¡Sí, y mucho!
¡Es que vos tenés un carácter...!
Al menos, que no se note.
Que no se note que no se note.
¡Hasta que brote un bramido desde el fondo de tu ser! Hasta que nada pueda contenerlo.
Entonces, vas a derrumbar los telones, los biombos, los muros conventuales del hogar. Vas a sacarte la ropa de fingir, vas a encontrar tus pedazos rotos y los vas a encolar con amor.
Con amor a la vida, a tus hijos... CON AMOR A VOS.
Si hay violencia, que se note.
Que se parta el mundo.
Que se vaya al diablo el miedo. Que caiga en el abismo la fuerza bruta, vengativa, cobarde.
Si hay violencia, hay miedo.
Los dos del mismo lado.
Violencia y miedo: inseparables.
Ana Silvia Mazía
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