Tanta comunicación y tanto desencuentro.
Odio, incomprensión, pero...
... pero tanto amor.
¡Tanto amor! Luz. Esperanzas. Caretas que caen, ollas podridas que se destapan. Dan mal olor, claro. Pero después... después viene el vendaval y se disipa la pestilencia.
Bueno, basta de tanto sentimentalismo, Ana Silvia.
Basta.
A odiar, se ha dicho...
¡Ji ji ji!
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