Almas en
remojo
Como las
barbas... pero duele más.
¿Te odio... o me
odio?
¿O...?
¡Sí...! Es miedo.
Miedo.
Puro miedo.
De que me saques
de que me hieras
de que te
acerques.
Por eso te odio:
porque te temo.
¿Y si te amo,
me amo?
A ver...
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