Hay días...
Hay días así.
Así.
La luz no llega a tus rincones.
El aire te pesa
en la piel.
El licor azul del cielo
no pasa por tu garganta.
La cosquilla verde
no te acaricia
la planta de los pies.
Días de bruma
de niebla
de borrón.
Y la cuenta nueva tarda tarda
tarda en arrancar.
Hay días
para contar hojas caídas
voces mudas de amor.
Días de sentir empujones
y de añorar abrazos.
Así
como cuando la puerta del paraíso
sigue cerrada
aunque estés comiendo
un helado de chocolate.
Así
la voz que te cantaba
pasa lejos, muy lejos
o se convierte en bocinazos.
La piel que te dibujaba se secó.
La sonrisa que te asoleaba
se apagó.
Entonces
oís tu nombre
a lomos de esa vocecita amada
te columpia, te sacude
esa risa chiquita
inmensa...
¡Y la vida se enciende
otra vez!
A. S. M.
2 comentarios:
Hermoso poema. Muy sentido. Me gustó. Que verdad: la vida siempre vuelve a encenderse.
HOLA ANA! Muy lindo el poema, me hizo acordar a uno de Miguel Hernández, pero que no termina optimista: "Hoy estoy sin saber, yo no sé cómo, hoy estoy para penas solamente, hoy sólo tengo ganas de sacarme de cuajo el corazón y ponerlo debajo de un zapato". El resto no lo recuerdo, tenía una parte "y pienso en aquel alto campanario, para un salto mortal, serenamente".
Bueno, no bajoneo más. La quiero felicitar por su comentario hoy "El Mercedes Sosa con pantalones". Tenés mucha razón, al final, las mujeres, cuando resaltamos en algo, es porque somos como algún hombre...Al vesre, never in the puting life!!
Besos!
Silvia de Don Torcuato
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