de Tomas Eloy Martínez
algunos dicen, y yo lo creo, que hay una alcantarilla y a una distancia incierta, una grieta entre lunfarda y europea en una pared de Buenos Aires, la de las dos fundaciones, donde habita el cantor que volvió una noche y se escondió de nosotros para quedarse y desde ese lugar pedimos con el último tango siempre el mismo que busquemos más allá de la frente marchita a la otra, la que el Borges mítico entrevió en medio de su lucidez de hombre solo, tan solo y tan ciego como nosotros los que no atinamos a dar con la grieta donde el cantor persiste a pura gomina y sonrisa encerrado en su zorzal laberinto tal vez el mismo que Borges escribió a lo guapo contra los tigres que acechan en la ciudad donde este pedazo de hormigón transpira y nos devuelve a los dos hartos de tiempo con tanto puerto sin agua en las voces, como somos, contaminados de riachuelo y melancolía, así nomás.
Mario Capasso
28 04 10
1 comentario:
Muy interesante tu blog, amiga.
Oswaldo Roses
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