lunes, 13 de mayo de 2013

MARTILLAZOS


Martillazos

 
¡Eh, basta de martillazos!

Están destruyéndome las ideas, las ganas, el ánimo, la risa, los proyectos.

A mí, a vos, a él, a ellos...

Duele.

Aturde.

Esos martillos son muy grandes, muy fuertes, muy pesados. Demuelen, pulverizan. Y no cesan de golpear. ¿Sentís cómo "trema la terra"?

 

A propósito, ¿quién los manipula?

 

domingo, 12 de mayo de 2013

DIARIO DE VIAJE - ABRIL: EL BOLSÓN

No confundir con "abrir el bolsón", ¿eh?

Feucho:  bloqueo en la ruta a la altura de Plotier, en la provincia de Neuquén. Reclamo de trabajadores municipales a su (de ellos) intendente, que les debía par de meses de sueldo.

Paisaje: ¡Pero es que no te cansás de cambiar, che...! Mil verdes, pardos, marrones. Lomadas suaves, picos graciosos, torres sombrías. Plumas como álamos dorados, esbeltos, graciosos. ¡Lástima unos carteles, a la orilla de lagos -antes públicos, de TODOS- en letras blancas sobre fondo rojo, que dicen: Prohibido pasar - Propiedad privada. Peeeroooo...
¡Y las aguas! Lago Traful, lago Nahuel Huapi. Verdes, azules, grises que cabrillean o se mecen suaves, plateadas. De pronto, el camino gira, y desaparecen. Ah, no: ahí están otra vez.
Y los pinos, los alerces, los cohiues. Miles de formas diferentes, arriba, abajo, suave, áspero...
Tanta, tanta belleza. ¿Cómo atesorarla, multiplicarla? Por ejemplo, sentada en el taller de mi hija, nada más, veo un triángulo de terreno pardo, pedregoso con manchones verdes, arbustos florecidos de plumitas blancas, otros de rosa mosqueta. Alejo un poco más la mirada y veo un par de pinos, en comunión con las esbeltas flechas blandas, doradas de los álamos. Luego, una  loma de borde trapezoide, bien verde. Detrás, picos y laderas de un exquisito gris perla que cierran el horizonte. Encima, como es debido, un perfecto cielo azul clarísimo, transparente. ¿Más? ¡Vicio!

viernes, 3 de mayo de 2013

SI HAY VIOLENCIA, QUE NO SE NOTE


Si hay violencia, que no se note

 Dedicado a todas y a todos

En llamas por dentro, pero, que no se note.
No vayas a mellar su fama.
No se te ocurra manchar su reputación.
Ni sembrar dudas por el barrio, por el mundo.
Es el buen  vecino, ¡y listo!
Y si osás salir con un ojo en compota, que quede bien claro: ¡es tu inicua torpeza! Andás chocándote con muebles, puertas, estantes...
¡Tan buen vecino...! Tan correcto, tan manso, ¿sería capaz de...? ¡Noooo!
¿Toma? No.
¿No trabaja? ¡Sí, y mucho!
¡Es que vos tenés un carácter...!
Al menos, que no se note.
Que no se note que no se note.
¡Hasta que brote un bramido desde el fondo de tu ser! Hasta que nada pueda contenerlo.
Entonces, vas a derrumbar los telones, los biombos, los muros conventuales del hogar. Vas a sacarte la ropa de fingir, vas a encontrar tus pedazos rotos y los vas a encolar con amor.
Con amor a la vida, a tus hijos... CON AMOR A VOS.


Si hay violencia, que se note.
Que se parta el mundo.
Que se vaya al diablo el miedo. Que caiga en el abismo la fuerza bruta, vengativa, cobarde.
Si hay violencia, hay miedo.
Los dos del mismo lado.

Violencia y miedo: inseparables.

Ana Silvia Mazía